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Frankenstein – Resumen de la Novela de Mary Shelley

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FRANKENSTEIN – RESUMEN DE LA NOVELA DE MARY SHELLEY

 

Frankenstein o el Moderno Prometeo es una novela que escribio Mary Shelley en 1816, cuando ella tenía diecinueve años.  La primera edición del libro fue publicada anónimamente en 1818. La segunda edición fue publicada en 1923 presentando por primera vez el nombre de Shelley.  Ella escribió el libro en una época en que los científicos estaban experimentando con la electricidad y la conectaban a las ondas cerebrales.  Incluso se sabía que la gente se robaba los cuerpos de los cementerios y trabajaban en ellos para entender el funcionamiento del cerebro.  Esto y sus trágicas experiencias personales influyeron para que ella escribiera esta historia, mezclando el horror gótico, lo sobrenatural, y los primeros elementos de ciencia ficción.

Es un novela desgarradora que muestra el bien y el mal, en donde el personaje principal es un ser con emociones, deseos, y sueños, pero que es rechazado y considerado malvado solo por su apariencia física.

Frankenstein se lleva a cabo en varios lugares de Europa, desde Suiza y Alemania, hasta Inglaterra y Escocia, y cuenta la historia de un científico llamado Víctor Frankenstein quien creo un monstruo a través de un experimento escalofriante, y que finalmente es castigado por sus acciones.

La novela surgió de un sueño que Mary Shelley tuvo cuando se reunió con cuatro amigos escritores en Ginebra, Suiza. Había estado lloviendo por días y hacia mucho frio.  Este mal clima los mantuvo encerrados en casa leyendo historias alemanas de fantasmas.  Cuando finalmente se quedaron sin historias que contar, decidieron hacer una competencia entre ellos, en los que cada uno escribiría la historia de fantasmas más aterradora.  Esa noche, cuando se retiraron a descansar, ella no podía dormir ni tampoco pensar.  Tenía los ojos cerrados pero su mente muy clara, cuando espontáneamente llegaron imágenes de un pálido estudiante de artes arrodillado frente a la cosa que había creado.  Vio la horrible figura de un hombre que mostraba signos de vida mientras estaba extendido sobre una poderosa máquina, y que después se ponía de pie balanceándose torpemente.  Su éxito espanto al artista, porque se apartó de su obra horrorizado esperando que desapareciera la chispa de vida que le había otorgado.  Deseo que esta cosa que había recibido esa vida imperfecta, muriera. Y que el pudiera dormir creyendo que el silencio de la tumba apagaría para siempre la existencia transitoria del horrible cadáver al que le había dado vida burlándose del estupendo mecanismo del Creador del mundo.  Así fue como nació Frankenstein.

La historia comienza con unas cartas que el Capitán Robert Walton le envió a su hermana que se encontraba en Inglaterra. Durante el viaje del Capitán Walton para explorar el Polo Norte, su barco quedo atrapado entre el hielo, dejando apenas el agua necesaria para que el barco se mantuviera a flote. Entonces observaron a lo lejos un trineo arrastrado  por perros.  En el trineo iba sentado un ser enorme de apariencia humana, y que después se perdió entre el hielo.  A la mañana siguiente encontraron cerca del barco, un trineo parecido al que ya habían visto.  En el trineo estaba Víctor Frankenstein, quien estaba pálido y casi congelado, así que lo rescataron y lo subieron al barco. Él tenía una expresión como de locura y sufrimiento, aunque otras veces parecía melancólico y resignado. Víctor le dijo al Capitán que estaba buscando a alguien que había huido en un trineo igual al de él. 

Al otro dia, Víctor Frankenstein le conto su historia al Capitán Walton. 

El nació en Nápoles, Italia pero se crio en Ginebra.  Tenía dos hermanos, William que era el más pequeño y Ernest.  Elizabeth, era su prima adoptiva, de quien se enamoró y a la que la creatura asesino en su noche de bodas.   Su madre murió de fiebre escarlatina, cuando él tenía 17 años, justo antes de que él se fuera a la universidad en Alemania. 

Mientras estaba en la universidad su interés en la ciencia se convirtió en una obsesión.  Se familiarizo con la anatomía, y pasaba días en los cementerios observando el proceso de la descomposición de los cuerpos.  Tras días y noches de duro trabajo consiguió descubrir el origen de la vida, y se sintió capacitado para dar vida a la materia muerta.   Durante la noche Iba a los cementerios y de las tumbas recogía huesos y partes de los cuerpos de criminales que habían sido ejecutados.  Instalo su taller en el ático de su casa y comenzó a unir las partes de los cuerpos hasta que formo un ser horrible con forma humana. Finalmente, una noche de Noviembre preparo los instrumentos con los cuales a través de la corriente eléctrica iba a infundir vida a la cosa inerte que estaba a sus pies.  Estaba lloviendo y la luz de la vela casi se extinguía, cuando vio como la creatura abría sus ojos amarillentos y apagados, después respiro profundamente y su cuerpo se convulsiono.  Su piel era amarilla, tenía el pelo negro y largo, la cara arrugada, los dientes muy blancos, los labios negros, y media más de dos metros de altura.  Su sueño se desvaneció, y pensó que para eso había trabajado tanto por dos años para darle vida a un cuerpo inerte, que ahora le inspiraba repugnancia y horror.  Se sintió decepcionado ya que le había dado vida a un cadáver demoniaco. Víctor huyo de aquel lugar, pero la creatura lo siguió hasta que finalmente pudo escapar de él. Siguió caminando por mucho tiempo y recorrió las calles con angustia sin mirar hacia atrás hasta que llego a un lugar donde se detenían los carruajes.  De pronto vio que de uno de ellos descendió su mejor amigo Henry, quien había ido a estudiar Lenguas a la universidad. Después fueron al cuarto donde vivía Víctor en la universidad, pero al entrar, tuvo un ataque de locura ya que tenía miedo de que el monstruo estuviera allí esperándolo.  Era tanto su temor que se desmayó y estuvo varios meses en cama enfermo con fiebre y delirando, mientras su amigo lo cuidaba.  Pasaron los meses y Víctor recupero su salud.  Paso momentos muy agradables conversando con Henry, leyendo poesía, y hasta inventando cuentos de fantasía.  Por fin él se sentía libre de preocupaciones, muy animado, y alegre.

Un día su padre le envió una carta para decirle que su hermano William había sido asesinado. El pequeño llevaba puesto una joya de su madre, y la joya había desaparecido así que pensaban que el asesino cometió el crimen para robársela.  Víctor lloro con amargura mientras Henry lo veía sin poder consolarlo ya que era una pérdida irreparable.  Después, Víctor se despidió de su amigo y partió a su ciudad natal, y al llegar decidió visitar el lugar donde habían asesinado a su pobre hermano.  Esa noche el cielo se cubrió de nubes y empezó a llover fuertemente.  Continuo caminando entre las tinieblas, cuando de pronto vio la gigantesca figura del engendro al que le había dado vida y pensó que sin duda era el asesino de su hermano, ya que ningún ser humano podría hacerle daño a un niño.  La figura paso cerca de él y se perdió en la oscuridad.

Al amanecer fue a la casa de su padre.  Pensó en contárselo pero él no le hubiera creído.  Su hermano Ernest le conto que Justine, la sirvienta de la familia, había asesinado a su hermano y que en su ropa habían encontrado la joya que William llevaba puesta el día de su muerte, aunque ella no entendía como esa joya había aparecido entre sus pertenencias.  Justine fue sometida a juicio. Y como se declaró culpable, fue condenada a morir.  Elizabeth no podía creerlo y fue a su celda a hablar con ella.  Justine le dijo que ella no era una mujer perversa, pero que se había declarado culpable porque el confesor la amenazo con la excomunión y las llamas del infierno. Víctor sintió remordimiento y tuvo sentimientos de culpabilidad.  No quería ver a nadie y su único consuelo era la soledad.  Dos meses después de la muerte de Justine, la familia decidió hacer una excursión. Durante el recorrido admiraron las inmensas montañas de los Alpes, los glaciares que bordeaban el camino, y la inmensa cima del Mont Blanc.  Finalmente llegaron a su destino, en donde pasearon a caballo por el valle. Su estado de ánimo cambiaba constantemente, algunos días se mostraba alegre y animado, mientras que otros se sentía apesadumbrado. 

Una mañana decidió ir solo a la cima de un inmenso glaciar.  Después permaneció un rato admirando el inmenso rio de hielo, cuando de pronto vio a la distancia aquella figura sobrehumana que avanzaba rápidamente hacia él.  Cuando lo tuvo de frente, su rostro reflejaba amargura y maldad, entonces Víctor le grito el desprecio que sentía por él y sus deseos de matarlo para vengar la muerte de sus seres queridos.  El demoniaco ser le contesto que sabía que era despreciado por los demás, y que era el más infeliz de los seres vivientes ya que él lo había traído a un mundo en donde todos se horrorizaban al verlo. Le reprocho que el siendo su padre lo detestara y deseara matarlo. Le dijo que como Adán, él no estaba ligado a ningún otro ser que existiera, pero a el Dios lo había creado perfecto, feliz y bajo el cuidado de su creador.  El, en cambio era un ángel caído que había sido creado torpe, indefenso, y solitario.  Agrego que él tenía que cumplir sus obligaciones con él, mientras el haría lo mismo por su creador, y si el aceptaba sus condiciones los dejaría a todos en paz, de lo contario continuaría asesinando a sus amigos. 

Víctor se lanzó sobre él, pero el monstruo lo esquivo y le dijo que él amaba la vida aunque estuviera llena de angustias. Le recordó que él era su obra y él estaba dispuesto a ser sumiso con él porque era su rey y señor, pero que el también debía de cumplir con sus deberes. Le pidió que no se ensañara con él porque el merecía su clemencia y afecto ya que era su creatura.  Víctor no se conmovió con sus suplicas y no deseaba escucharlo, al contrario, quería luchar contra el aun sabiendo que el monstruo era más grande y fuerte.  El monstruo continuo diciendo que él era bueno y que su espíritu estaba lleno de amor y humanidad, pero que estaba muy solo, y que si no lo aceptaba, entonces él no les daría tregua a sus enemigos. No le pidió perdón, solamente que lo escuchara, y que luego destruyera su obra. Víctor se enfureció, y maldijo el día en que lo había creado, y a sus propias manos porque le habían dado forma.

El monstruo le suplico una vez más que escuchara su historia, y le pidió que lo acompañara a una choza donde había permanecido escondido.  Víctor estuvo de acuerdo, y lo acompaño.  Al llegar a la choza el monstruo le conto lo que había sufrido desde que se había escapado de aquella habitación.  Llego a un bosque donde el hambre, la sed, el frio y el cansancio lo habían atormentado. Con el paso de los días empezó a disfrutar del canto de los pájaros, del agua del rio, y del calor del fuego de una hoguera encendida por un vagabundo.  Durante ese tiempo se alimentó de bayas, nueces, y raíces, y cuando empezaron a escasear decidió seguir caminando por el campo. Empezó a nevar y el panorama era desolador, pero encontró una cabaña habitada por un anciano, quien al verlo huyo espantado.  Muerto de hambre, se comió lo que había adentro de la cabaña,  y luego se durmió.  A la mañana siguiente prosiguió su camino hasta que llego a una aldea donde todos al verlo se asustaron, lo atacaron y tuvo que escapar hacia el campo donde encontró un cobertizo abandonado, y donde permaneció escondido durante todo el invierno.  Enseguida del cobertizo había una casita donde vivía un anciano ciego, su hijo Félix, y su hija Agatha.  Eran personas muy bondadosas, aunque eran muy infelices porque eran muy pobres y apenas tenían para comer así que dejo de robarles parte de su comida y se conformó con comer bayas, nueces y raíces que recogía del campo.  Para ayudar al hombre, durante la noche recogía leña y a escondidas se la dejaba frente a su puerta.  Así paso días escuchándolos hablar. Aprendió algunas palabras y los nombres de los habitantes de la casa, y hasta se encariño con ellos ya que eran muy buenos.  El también deseaba tener una familia, ser amado, y ser aceptado.

El joven pasaba ratos leyéndoles al anciano y a su hermana y así fue como aprendió los sonidos de las palabras.  Deseaba dirigirse a ellos, pero no debía hacerlo hasta no dominar su lenguaje.  La primera vez que vio su imagen reflejada en el estanque, se horrorizo, pero después se convenció de que en realidad era un monstruo deforme, y que su apariencia le traería consecuencias. Después de unos meses logro entender lo que decían sus vecinos, podía repetir sus palabras hasta que aprendió a leer, escribir, y hablar varios idiomas.  Con cada conversación que tenían aprendió acerca de la sociedad humana; de la riqueza, pobreza, del nacimiento y el amor por los hijos y por los hermanos. Admiraba los buenos sentimientos y modales de sus vecinos, pero no podía convivir con ellos, tenía que permanecer escondido.

Un día en que los hermanos salieron se animó a hablar con el anciano.  Se presentó como un viajero en busca de refugio, y el anciano muy amablemente lo invito a entrar.  Después de platicar un rato llegaron sus hijos.  Agatha al verlo se impresiono y se desmayó, mientras que Félix lo golpeaba furioso apartándolo de su padre.  Después huyo de allí y se refugió nuevamente en el cobertizo.  Por la noche salió y se dirigió al bosque donde dio rienda suelta a su dolor dando gritos espantosos y deseando destruir todo a su alrededor.  Después de calmarse regreso a su refugio para descansar.  A la mañana siguiente vio que la familia abandonaba la casa porque pensaban que allí corrían peligro.  Él lo único que quería era ser amado y aceptado, y tener una familia como aquella que ahora lo había rechazado.  Sintió una terrible ira, 

destruyo el cultivo de la huerta y quemo la casa. Entonces decidió ir a Ginebra a buscar a su creador, ya que pensaba que solo él podría ayudarlo aunque lo despreciara.  Al ir caminando por el bosque cerca de un rio, vio a una niña que iba corriendo y que parecía que escapaba de alguien.  Repentinamente la niña se cayó al agua, y el salto para rescatarla consiguiendo arrastrarla hasta la orilla.  De pronto llego un campesino, y al verlo se lanzó sobre él, le arrebato a la niña y se dirigió al bosque.  Él lo siguió rápidamente, pero el hombre le disparo con su escopeta.  Esa era la recompensa por su bondad, y por esa razón prometió vengarse de toda la humanidad. Cuando la herida de bala cicatrizo prosiguió su viaje, y dos meses después llego a los alrededores de Ginebra. Estando en el campo se quedó profundamente dormido, hasta que lo despertó la llegada de un hermoso niño.  Él pensó que podría convertirse en su amigo, pero cuando el niño lo vio se asustó y grito de terror.  Le dijo que era un monstruo repulsivo, y que su padre el señor Frankenstein lo iba a castigar, entonces cogió al niño por la garganta para que se callara, pero el niño cayó muerto a sus pies.  En eso vio un objeto brillante que el niño llevaba puesto, lo tomo y  vio que adentro estaba el retrato de una hermosa mujer.  Después se fue de allí y se escondió. Al poco rato vio que una joven pasaba por allí, y sin que ella lo viera se le acerco e introdujo el retrato en uno de los pliegues de su traje.  Camino por varios días hasta que llego a las montañas donde encontró a su creador. Le dijo que estaba muy solo y que necesitaba con quien compartir su vida ya que nadie lo amaba.   Él quería tener una compañera  que fuera igual que él y tuviera sus mismos defectos. Alguien que le hablara, lo escuchara, y lo tolerara.  Víctor tenía que crear este ser. 

Víctor se negó, ya que no iba a crear otro ser para que juntos siguieran destruyendo el mundo. Había cometido un error la primera vez, y no lo iba a cometer de nuevo.  El monstruo se enfureció y amenazo con destruirlo, pero después trato de convencerlo de que lo único que deseaba era ser feliz con una compañera  y vivir tranquilos aislados del resto del mundo.  Víctor se compadeció de él y acepto su petición.  El monstruo le prometió que tan pronto le entregara a su compañera abandonaría Europa y jamás lo volvería a ver.  Después el monstruo abandono la choza. 

Al día siguiente Víctor regreso con su familia a Ginebra. Su salud y estado de ánimo comenzó a mejorar, aunque su padre continuaba preocupado porque lo veía triste.  Un día le dijo que deseaba que se casara con su prima Elizabeth y que quería que la boda se celebrara de inmediato. Víctor estuvo de acuerdo, pero antes tenía que cumplir la promesa que le hizo al monstruo para que desapareciera, así que decidió irse de viaje por dos años.  En Francia se reunió con su amigo Henry, de allí se fueron a Holanda, y finalmente a Londres, donde comenzó a reunir los materiales que necesitaba para su nueva creación.  Apenas tenían unos meses allí cuando recibieron la invitación de un amigo de visitar Escocia, entonces empaco sus instrumentos químicos y todo el material para terminar su tarea en algún lugar apartado de las montañas del norte de Escocia. Finalmente llegaron y su amigo ya los estaba esperando, pero él no deseaba convivir con ellos, así que decidió recorrer solo el resto de Escocia y busco un lugar apartado para concluir su labor.  Allí encontró una choza donde por las mañanas trabajaba en su laboratorio, y por las noches paseaba por la playa.  La obra que hacia le resultaba repugnante, y con frecuencia temía levantar la vista y encontrarse con aquella creatura que tanto lo espantaba. Una noche, empezó a dudar si debería terminar su labor ya que tres años antes había creado un ser diabólico, y ahora estaba a punto de crear a su pareja que tal vez no iba a aceptar el acuerdo de esconderse en el desierto.  Pensó que si tenían hijos esa raza de demonios podría sumir a los humanos en el terror, y vio lo devastadora que podría ser su promesa.  De pronto vio por la ventana el rostro de aquel malvado demonio que lo había seguido en sus viajes y que venía a reclamar su promesa, entonces furioso destrozo la cosa en la que estaba trabajando.  El engendro al verlo lanzo un grito de desesperación y de venganza, y se alejó de allí.

Al día siguiente, el temido engendro regreso y le reclamo el haber destruido sus esperanzas, le recordó que era más fuerte que él y que sería muy infeliz.  Antes de retirarse, también le dijo que estaría con él, el día de su noche de bodas. Víctor tenía que reunirse con Henry, así que antes de irse recogió todos sus instrumentos de química, y coloco en una bolsa los restos de la creatura que había destrozado, y esa misma noche se subió a un barco y la arrojo al mar.  Se sintió tan bien que se quedó profundamente dormido.  A la mañana siguiente, el barco había perdido su curso, y después de algunas horas llego a una playa.  Los habitantes lo recibieron con hostilidad ya que pensaron que era un criminal, así que lo llevaron ante la presencia del magistrado. Uno de los hombres dijo que la noche anterior había salido a pescar, y que en la playa se había tropezado con un joven que había sido estrangulado. Además, varios testigos afirmaron que antes de que el cadáver apareciera, habían visto un barco conducido por un solo hombre, y estaban seguros de que ese hombre era Víctor.  Después lo llevaron a ver el cadáver, y en el ataúd estaba el cuerpo de su amigo Henry. Víctor se horrorizo, empezó a convulsionar  y lo sacaron de la habitación.  Estuvo dos meses en cama terriblemente enfermo, hasta que se comprobó que el no había llevado a cabo el asesinato por encontrarse en otro lugar, y quince días después recupero su libertad. Víctor estaba seguro de que el monstruo había asesinado a su amigo como castigo por haber destruido a su pareja.

Cuando regreso a Ginebra planearon la boda, y a medida que se acercaba la fecha, Víctor se sentía más deprimido al recordar la amenaza de aquel monstruo que había creado. Por su seguridad y la de los demás, siempre llevaba con él un cuchillo y dos pistolas para evitar cualquier posible intento de su parte. El día de la boda Elizabeth estaba triste como si tuviera un mal presentimiento, y Víctor creía que era por el terrible secreto que prometió revelarle después de casarse.

Al día siguiente partieron de luna de miel a una comuna suiza.  Al llegar a la posada, el más leve ruido lo atemorizaba y como pensaba en lo espantoso que sería para Elizabeth verlo pelear con el terrible monstruo, le pidió que se fuera a dormir.  Después anduvo caminando por los pasillos de la casa y examinando cada rincón buscando a su adversario.  De pronto escucho un grito estremecedor que venía de la habitación donde estaba Elizabeth, y corrió a ver lo que sucedía.  Al entrar la encontró muerta sobre la cama, el diabólico ser la había estrangulado.  Entonces Víctor al verla se desmayó.  Cuando se recuperó, se encontró rodeado por la gente de la posada, y después vio asomarse por la ventana el repugnante rostro del monstruo.  Tomo la pistola y le disparo pero el engendro huyo del lugar y se arrojó a las aguas del lago.  Todos lo buscaron pero no lo pudieron encontrar. Víctor pensó en todos sus seres queridos que habían muerto por su culpa, y preocupado por su padre y su hermano Ernest, regreso a Ginebra.  Su padre, al conocer la noticia de la muerte de Elizabeth se hundió en la tristeza, sufrió un derrame cerebral y murió a los pocos días.  Aquel miserable demonio había arruinado su vida, y enfurecido empezó a planear su persecución.  Entonces fue con uno de los jueces de la ciudad para acusar al asesino de sus familiares para que lo detuviera, y le narro brevemente su historia. El juez le dijo que haría todo lo posible por capturarlo y castigarlo, pero que sería imposible ya que el monstruo era muy fuerte, y que mejor se resignara al fracaso.  Víctor sabía que el juez no le había creído, así que el solo lo iba a destruir. Abandono Ginebra para siempre, y recorrió una gran parte del mundo pensando solo en su venganza que era lo que lo mantenía vivo. Lo persiguió por el Mediterráneo, el Mar Negro, y Rusia pero siempre se escapaba.  Después se dirigió hacia el norte, siguiendo unas pistas que el infame engendro le iba dejando por los lugares que recorría.   El frio era intenso y los ríos estaban congelados, pero el continuo cruzando aquella región cubierta de hielo.  Después de varios días llego a una pequeña aldea cerca de la costa.  Los habitantes de allí habían visto al gigantesco monstruo, pero había logrado escapar en un trineo que se había robado.  Víctor se preparó para el viaje, tomo un trineo adecuado para el gélido océano, y fue detrás de él.  Viajo por tres semanas, hasta que un día lo diviso a la distancia, y cuando ya estaba cerca de su enemigo se abrió el hielo, y el agitado mar lo separo de él.  Fue entonces cuando vio el barco que lo rescato, y donde le pidió al Capital Walton que si él llegaba a morir, que le jurara que lo iba a matar.  El capitán le insistió en que le contara como lo había creado, pero él se negó, así que tomo notas de su narración, las cuales fueron corregidas por el mismo Víctor.

El barco del capitán estaba en peligro ya que estaba cercado por grandes montañas de nieve que le impedían salir.  El frio era intenso y varios marineros habían fallecido, mientras la salud de Víctor empeoraba cada vez más.  Los marineros le pidieron, que cuando el hielo cediera, que regresaran hacia el sur, y él les dijo que no avanzaría hacia el norte en contra de su voluntad, así que accedió a regresar a Inglaterra.  Víctor sabía que pronto iba morir, mientras su enemigo aún seguía con vida, así que le pidió por última vez al capital que el terminara su labor.  La noche que Víctor murió, el capitán escucho un ruido  y la voz ronca de un hombre en el camarote donde reposaban sus restos.  Al entrar, vio sobre el ataúd una figura gigantesca cuyo rostro era el más horrible que había visto en su vida, entonces el monstruo salto por la ventana, pero el capitán le ordeno que se quedara.  El continuaba mirando el cadáver de su creador mientras decía exclamaciones de pena y recriminaciones.  Después le conto lo que había sufrido mientras Víctor buscaba su felicidad. Reconoció que era un ser maligno y un criminal, pero que la raza humana también era malvada porque él había necesitado amor y compañía, y lo habían rechazado y tratado con injusticia.  Ahora solo deseaba morir y quedar reducido a cenizas para que nadie volviera a crear un ser como él. Después salto por la ventana del camarote a la balsa que flotaba frente al barco, y se perdió en la distancia y la oscuridad. 

 

Autor: Mary Shelley

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